30 de octubre de 2010

El 4 de diciembre de 1977

Cerca de dos millones de andaluces se manifestaron el 4 de diciembre de 1977 para exigir la autonomía. Aproximadamente 500.000 manifestantes en Sevilla, alrededor de 150.000 en Málaga, 100.000 en Granada, 80.000 en  Huelva y en Córdoba, 70.000 en Cádiz y en Jaén, 10.000 en Almería, Ronda, el Campo de Gibraltar y Antequera, y más de 250.000 en Barcelona, emigrantes de la "novena provincia".

Multitudinaria manifestación andalucista en Sevilla

Todos ellos, con cientos de miles de banderas verdiblancas. Con exigencias concretas que reniegan del paro y piden trabajo. En contra de las evasiones del capital andaluz que se invierte en otras zonas del Estado; en contra de todos los abusos municipales.

Casi dos millones de andaluces que llenaron con sus gritos y consignas las calles del País Andaluz demostrando que Andalucía ya había despertado y que han sido los hombres y las mujeres del pueblo quienes ha contribuido a esta toma de conciencia popular en pro de una autonomía auténtica, que no una descentralización administrativa.

En la cabecera la de manifestación de Sevilla estuvieron los representantes de todos los partidos políticos andaluces, entre ellos, Alfonso Guerra, que habló en nombre de la Asamblea de Parlamentarios, primero en castellano y -ante las protestas de los presentes- tuvo que seguir en andaluz. La esperanza de la autonomía era la esperanza de resolver los seculares problemas de Andalucía. El paro, la reforma agraria o la mejora de las infraestructuras eran reivindicaciones que se repetían en las distintas manifestaciones.

Andaluces en la manifestación de Barcelona

En Catalunya también salieron a la calle -convocados por las asociaciones de emigrantes andaluces- cerca de 300.000 manifestantes que, desde la Plaça Catalunya, llenaron las ramblas y la Plaça de Sant Jaume. Los organizadores convocaron como Día Nacional del País Andaluz.
Carga policial en el centro de Málaga

La manifestación malacitana ya venía precedida de negros presagios. Pocos días antes, el presidente de la Diputación de Málaga había declarado que la bandera andaluza no ondearía en el balcón de la sede de la institución, a pesar de que el pleno lo había aprobado. Al pasar la manifestación por la Plaza de la Marina, justo delante de la entonces sede de la Diputación de Málaga, un joven escaló hasta el balcón para poner una bandera andaluza en el mástil. Poco después, la Policía cargó. Botes de humo, balas de goma y fuego real.

Provocaciones españolistas en Málaga

Una bala atravesó la cazadora del joven Manuel José García Caparrós. El lugar donde cayó se convirtió en un "altar" improvisado por donde pasaron miles de malagueños, hasta que fue destrozado. Durante varios días, el pueblo se echó a la calle en protesta por la represión policial.

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