17 de noviembre de 2010

Enver Hoxha y su tiempo (Parte 1)

Enver Hoxha nació en 1908, en una Albania en plena ebullición, las manifestaciones por la liberación del país de la dominación turca, se sucedían por doquier. Cuatro años tenía Enver cuando, en noviembre de 1912, Ismaël Kemal proclamó la independencia de Albania. Ese mismo año tuvo lugar en Londres la Conferencia de los embajadores de las grandes potencias (Alemania, Austria, Hungría, Francia, Italia, Gran Bretaña y Rusia) que reconoció formalmente al nuevo Estado, pero bajo tutela y con la designación de un príncipe alemán como «rey» de Albania y adjudicando a Serbia la mitad del territorio albanés: el problema de Kosovo había nacido. Doce años tenía Enver cuando, al finalizar la Primera Guerra Mundial, fue elegido el primer Parlamento nacional albanés. Grecia, y sobre todo Italia, no renunciaban a sus pretensiones; de nuevo los albaneses se rebelaron para exigir el reconocimiento de sus fronteras. Codiciada, peón en el tablero de las potencias, sólo unidos y en armas, dispondrían los albaneses del derecho a ser independientes. Cuando la URSS denunció la «diplomacia secreta» de la que la joven Albania era uno de los instrumentos, el eco de la Revolución Bolchevique fue escuchado en las montañas albanesas.

Bandera nacional de la República Popular de Albania

En 1924, encabezada por la intelectualidad, la burguesía del Sur del país y los emigrantes de retorno a Albania, estalló la revolución democrática burguesa para derribar el gobierno de los grandes terratenientes, de los feudales y de los representantes del gran clero que conservaban las leyes otomanas y se negaban a la reforma agraria. El joven Enver se unió al movimiento. Con la revolución victoriosa, Fan Noli fue elegido jefe del Gobierno, pero seis meses después es derribado por las fuerzas reaccionarias: Ahmed Zogu, financiado por el extranjero (la Anglo-Persa Oil Company y la Standard Oil), con el apoyo concretamente de Yugoslavia y de Grecia y un ejército de mercenarios, se hizo con el poder. Se hace proclamar Presidente de la República y luego rey de Albania. Los albaneses caen bajo la dictadura zoguista.

En esos fatídicos años, Enver Hoxha deja Jirokastra, su ciudad natal, para estudiar en la única escuela secundaria que había en Albania, el liceo francés de Korcha, tenía entonces 19 años. En el liceo descubre la literatura progresista y comunista, prohibida, que forman sus convicciones y compromisos. Otro elemento interviene en su toma de conciencia política: en los años 20 en Turquía la revolución kemalista se hace con el poder que estaba en manos de los señores feudales y los imanes, modifica las relaciones sociales, da el derecho de voto a las mujeres, establece el laicismo del Estado. Que en el antiguo imperio otomano, el cual durante siglos mantuvo a Albania en el oscurantismo, fuera posible romper con el feudalismo, impresiona al joven Enver.

El movimiento popular contra la dictadura zoguista es duramente reprimido. Enver Hoxha, que participa en las manifestaciones estudiantiles, es detenido y encarcelado. En 1930 marcha a Francia para continuar sus estudios. Allí entra en contacto con comunistas albaneses exilados y con «L’Humanité» (Órgano central del Partido Comunista de Francia) en cuyas páginas publica artículos de denuncia de «el régimen del patíbulo y las balas» del rey Zog. Le suprimen la beca y tiene que irse a Bruselas donde trabaja en el consulado de Albania, lo que le permite continuar sus estudios, empero, en 1936, despedido por sus actividades políticas vuelve a Albania. Allí enseña en una escuela de Tirana y luego en el instituto de Korçe, del que había sido alumno. Enver Hoxha milita en el grupo comunista de Korçe. El movimiento comunista albanés adolece de divisiones ideológicas y dispersión en diversos grupos locales. El primer objetivo a alcanzar es el de unirse para constituir el partido.

Enver asume la responsabilidad de esa difícil y compleja tarea, cuando Italia en 1939 invade Albania sin que hubiese la menor protesta internacional. La lucha entonces cambia de naturaleza, el combate por la emancipación social y contra la dictadura foguista, desde ese momento se conjuga con la lucha de liberación nacional y con la necesidad de unificar a los comunistas en un solo partido, tarea de verdadera urgencia.

Enver Hoxha es despedido de su puesto de profesor por sus actividades contra el ocupante italiano, y el grupo de Korçe lo envía a Tirana para organizar la lucha antifascista y unificar a los comunistas. Para encubrir sus actividades políticas abre una floristería. Enver no sólo refuerza la organización comunista en la capital, sino que logra establecer lazos militantes con los patriotas que desde el primer día de la ocupación fascista habían iniciado la lucha armada contra el ocupante en la región de Peza, próxima a Tirana.

Identificado como uno de los organizadores de una multitudinaria manifestación en Tirana, fue condenado a muerte por contumacia y tuvo que pasar a la clandestinidad.

Para luchar contra la represión fascista, en noviembre de 1941, en una casa de encalados muros de Tirana, se constituyó el Partido Comunista albanés. Enver Hoxha es nombrado responsable del Comité Central provisional. Desde entonces desempeñó un papel determinante al frente del Partido y, luego, del Estado albanés.

Artículo escrito por el militante comunista suizo Nils Andersson, y extraído del blog "Sevilla Socialista".

2 comentarios:

  1. Salú!

    Escribo para aclarar que no es correcto eso de que hemos digitalizado el artículo sobre Albania.El mérito recae en los camaradas lationamericanos del "Centenario de Enver Hoxha".

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