21 de enero de 2011

Texto de Argala (1974) sobre la lucha armada y la lucha de masas

Queremos hacer llegar a lxs compañerxs de Euskal Herria Sozialista nuestro más enérgico y fiel apoyo a la línea que están siguiendo desde hace unos meses, leal y comprometida con la verdadera lucha por la independencia y el socialismo en Euskal Herria, frente a las tesis liquidacionistas de la cúpula minoritaria de la izquierda abertzale. A continuación, publicamos un texto de Argala, probablemente el marxista más célebre que ha dado Euskal Herria junto a Jesús Larrañaga, fechado en 1974 y que trata sobre el debate en el que se hallaban inmersas las organizaciones militantes ETA (m) y ETA (p-m) sobre la lucha armada y la lucha de masas.

"La diferencia entre partido de vanguardia (homogéneo, de cuadros, semiclandestino y marxista-leninista) y partido de masas populista (amplio, de masas, público e incluso electoral) está en la base de saber hacer avanzar todo proceso revolucionario, un Partido de vanguardia sin una unidad amplia está condenado al sectarismo y a la desaparición paulatina. A su vez, una unidad popular que englobe amplios sectores populares necesita de un Partido de vanguardia, pequeño en número pero fuerte en lo ideológico, para no caer en soluciones 'fáciles' en el corto plazo que derivan en la claudicación y en no llevar hasta el final el proceso de liberación nacional hasta el socialismo"


Argala, militante comunista vasco asesinado en 1979


"Documento nº2" (Publicación de ETA (m) dedicada al debate abierto por ETA (p-m) en torno a la relación entre la lucha armada y la lucha de masas) 1974


Por parte de la representación de la organización político-militar en la Comisión Conjunta, se nos ha comunicado que existe en el seno de su organización la voluntad de mantenerla como vanguardia político-militar, y crear un partido de masas populista y amplio como organismo de intervención política en el futuro y previsible régimen liberal. No sabemos si ésta es exactamente la postura de dicha tendencia, y esperamos a que se expresen por escrito para hacer un juicio crítico respecto a ella. No obstante, en la medida en que dicha postura pueda aproximarse a la mencionada, daremos nuestra opinión respecto a ella.

Un partido populista, amplio por su propio carácter, buscaría desplazar a EHAS y LAIA, intentando recuperar sus bases sociales y sustituir las funciones que hoy ejerce o pretende ejercer KAS. A esto lo consideramos un error, además, muy grave. Porque es muy peligroso hacer un planteamiento destructivo antes de haber demostrado capacidad para construir una opción mejor que la existente, y porque no consideramos factible el desplazamiento de EHAS y LAIA que, mejor o peor, llevan más de un año y medio organizando unos sectores sociales que confían en ellos.

Por otra parte, creemos firmemente en la necesidad de que el pueblo se dote de una vanguardia política si desea llevar a cabo una revolución popular. Es evidente que un partido populista no posee las condiciones necesarias para cumplir el papel de vanguardia. Conscientes de ello, los partidarios de esta postura parecen optar por que dicho papel lo juegue una organización político-militar.

¿Pero una organización político-militar puede constituirse hoy en vanguardia política del pueblo vasco? Nuestra opinión es que no, rotundamente no, y ello por dos razones

a) La menos importante (aun siéndolo mucho) es que la estructura político-militar no puede ser llevada hasta sus últimas consecuencias a todos los niveles de la organización, y los sectores militares de la organización político-militar no son homogéneos ideológicamente, lo que le incapacita para convertirse en vanguardia y mantener una línea de dirección política homogénea.


b) La más importante: que la pretendida vanguardia político-militar sufría constantes caídas, lo que llevaría, bien a la destrucción del partido popular, si consiente seguir unido a su vanguardia, bien, en un caso probable vista la experiencia con LAB, el rechazo de dicho partido hacia la vanguardia político-militar. En el primer caso, el pueblo quedaría en manos ajenas a los intereses socialistas patrióticos y en el segundo, abandonado en las manos de un partido heterogéneo, incoherente o incapaz de ofrecer una línea precisa, con el riesgo de que dicho partido cayese en manos de oportunistas de cualquier tendencia.


Nos parece, pues, que la única manera de dotar al pueblo vasco de una dirección política revolucionaria y construir a partir de lo que ya existe es crear un Partido de vanguardia, homogéneo ideológicamente, revolucionario, que ocupase en el seno de KAS el lugar que ocupa hoy la organización político-militar.

El respeto por parte de dicho partido a la existencia de EHAS y LAIA no significa que no deba desarrollar una lucha política e ideológica fraternal de cara a lograr entre dichos partidos y éste un desplazamiento de militantes, favorable a los intereses de partido.

El Partido y la lucha armada


Evidentemente, en el caso de una democracia burguesa, ningún partido político puede, legalmente, defender la práctica armada, ya que ésta no tiene cabida en una Constitución burguesa. Pero para este partido no existirá democracia burguesa alguna, no existirán cauces de libertad suficiente hasta que la Constitución legal esté basada en su programa de alternativa. Así pues, hasta dicho momento, podrá defender toda acción armada dirigida al logro de la alternativa, manteniendo una postura ambigua frente a otras acciones de tipo estratégico no directas y claramente justificables en base a la alternativa. Por supuesto que ello le acarreará una represión mayor que a otros partido, pero en la medida en que nuestro pueblo haya asimilado la alternativa, la desventaja a corto plazo que cause esta represión se verá ampliamente superada por la confianza que el pueblo depositará en el Partido, además de crear en el pueblo una conciencia mucho más combativa que posibilite la continuación del proceso revolucionario.

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